Los colorantes son aditivos muy importantes ya que el color representa la primera característica de calidad que puede percibir el cliente, sobre todo, en los productos alimenticios.
Los colorantes ayudan a aumentar la calidad organoléptica de un alimento porque pueden mejorar o intensificar el color propio del mismo y, principalmente, pueden restaurar el color que haya sido deteriorado en el proceso productivo.

La industria avícola está siendo desafiada a limitar o eliminar completamente los antibióticos en sus métodos de producción en respuesta a la creciente presión de los consumidores a disponer de aves de corral libres de antibióticos (ABF), así también con otras carnes como por ejemplo la porcina.
Para cumplir con este objetivo se genera una necesidad creciente de probióticos y otros aditivos alternativos para la producción ABF. Los probióticos han demostrado potencial para estimular el sistema inmune, controlar salmonella, mejorar la salud intestinal y la absorción de nutrientes.