Para gozar de una buena salud y prevenir ciertas enfermedades, los especialistas en salud, médicos y nutricionistas, desde siempre, coinciden en recomendar una alimentación sana, variada y equilibrada. Sin embargo, con el ritmo de vida actual que se acelera cada vez más, ya no hay tiempo para cocinar y mucho menos para transmitir, de generación en generación, las bondades de la comida casera y las propiedades medicinales de determinados ingredientes.
La industrialización de los alimentos ha generado una excesiva oferta de productos que lamentablemente, en su mayoría, contienen exceso de calorías, sal, azúcares, harinas y aceites refinados, además de aditivos para mejorar el color, resaltar el sabor, aumentar la vida útil, etc. lo cual, por lo general, no da como resultado un alimento sano. A su vez, muchos de esos ingredientes tienen efectos adictivos que incitan a comer más de lo mismo, cuestión que atenta contra una alimentación variada y equilibrada.
Estos cambios en la manera de alimentarnos han dejado un triste saldo, la �€œmalnutrición�€� de la población en general. Según la OMS, �€œla malnutrición se refiere a carencias, excesos y desequilibrios en la ingesta calórica y de nutrientes de una persona�€� que repercute directamente en su salud. Ejemplo de ello es el alarmante aumento �€“ a nivel mundial- de enfermedades crónicas como obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares (ACV), diabetes, cáncer, demencia, entre otras.
La investigación epidemiológica ha demostrado una estrecha relación entre la alimentación y el riesgo para desarrollar estas enfermedades crónicas caracterizadas por una elevada morbimortalidad.
La evidencia científica, cada vez más numerosa, apoya la gran influencia que tiene el tipo de dieta, no solo en la salud del momento, sino también, en la proyección de la misma a lo largo de la vida. Esto nos lleva a recordar la frase de Hipócrates: �€œque la alimentación sea tu única medicina y que la medicina sea tu alimentación�€�
Para que esto pueda hacerse realidad es necesario que cambien muchas cosas, no solo la concientización individual, también requiere un cambio social para que la oferta alimenticia sea más sana y más variada. Acompañada de una industria socialmente responsable que tome nota y brinde alternativas saludables.
Para colaborar con este proceso Amerex ofrece un ingrediente para elaborar carnes fermentadas con un 50% menos de sal, y probióticos, como suplementos dietarios, producto que ayuda a mantener y robustecer la Microbiota humana.
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