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Biocontrol con Bacterias lácticas


El origen de la contaminación de los alimentos puede darse a partir de distintos tipos de agentes: físicos, químicos y biológicos. Aquí nos referiremos a los dos últimos y como hacer para que no resulten contaminantes.

Químicos: se tratan de sustancias químicas que pueden contaminar a los alimentos involuntariamente, por error o accidente, o voluntariamente por desconocimiento del efecto que tenga dicho agente en el consumidor.

Biológicos: incluyen desde insectos hasta virus. Sin embargo, los más frecuentes son bacterias y mohos, ya que se encuentran abundantemente en suelo, aire, agua, vegetales, animales y en las personas que manipulan los alimentos.

La contaminación biológica menos peligrosa, es la causada por los �€œmicroorganismos deteriorantes�€�, que producen un empeoramiento visible en el alimento. La misma alteración funciona como un mecanismo de alerta, que imposibilita el consumo del alimento contaminado.

El gran peligro de este tipo de contaminación es el ocasionado por los �€œmicroorganismos patógenos�€�. En este caso, no es visible pues no deteriora el alimento en sus características organolópticas. Igualmente puede generar un daño a quien lo consume. Las enfermedades transmitidas por los Alimentos (ETAs) constituyen un importante problema de salud a nivel mundial. La causa de estas afecciones, es el consumo de agua o alimentos contaminados con microorganismos patógenos o sus toxinas.

Según un informe del ANMAT, el 40% de las ETAs reportadas en Argentina ocurren en el hogar. En ese mismo informe, la entidad brinda una serie de recomendaciones para la manipulación doméstica de los alimentos.

Por su parte, la industria alimenticia aplica aditivos conservantes, en general químicos, con el fin de mantener la inocuidad y aumentar la vida útil de sus productos. Los conservantes detienen el desarrollo o eliminan los microorganismos patógenos, sin embargo, con el avance de la ciencia, en las últimas décadas se produjeron descubrimientos de los daños que, la mayoría de los aditivos químicos, pueden producir a la salud del consumidor. Es decir que la contaminación biológica, puede revertir en contaminación química.

Ante estos descubrimientos, el biocontrol o �€œconservantes biológicos�€� resultan una solución eficiente. Se aplica tanto a los microorganismos enteros, como a sus metabolitos como, por ejemplo: las bacteriocinas. Las mismas representan un sustituto potencial de los conservantes químicos, debido a que son producidas por bacterias ácido lácticas (BAL), consideradas GRAS (generalmente reconocidas como seguras, por sus siglas en inglés), que tienen un papel importante en la preservación y fermentación de alimentos. La capacidad de las bacteriocinas de inhibir el desarrollo de numerosos microorganismos patógenos, el hecho de actuar en un amplio rango de pH y su termoestabilidad, las hace candidatas privilegiadas para ser utilizadas como bioconservantes en la industria alimenticia.

 

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